En nuestra vida tenemos momentos de lucidez en la que soltamos frases célebres, que en muchos momentos pueden ser o no muy acertadas. Aquí encontrareis una serie de casos para que triunféis o no, vosotros sabreis.
Durante el primer día de prácticas en la autoescuela, lo normal es que el coche se os cale (término automovilístico que se utiliza para representar el gatillazo de un hombre). Cuando te suceda eso no digas esto:
"Perdona, no se me ha calado el coche. Lo llevo en modo Stop&Go".
Nunca se puede tener el trabajo de tu vida.
"Yo en realidad soy camarero, pero mientras no encuentro algo de lo mío, seguiré dirigiendo Microsoft".
Cuando termines una relación, sé un caballero aunque te pusiera los cuernos infinitas veces, no le digas esto, queda mal:
"Que poco jamón tienes para ser tan cerda".
Salvo que seas Chuck Norris o un suicida, no mola que afirmes esto:
"La mayoría de la gente se escapa al escuchar el sonido de las balas, yo corro hacia ellas".
Si estás de visita en Auschwitz, no queda elegante que demuestres tus gustos culinarios, sobre todo si son los siguientes:
"´¡Cómo me gustan las judías gratinadas!"
Nunca digas "Todas las mujeres...". Cada una de ellas posee algo especial o eso se creen algunas que son Lazarillos de la vida.
Cuando alabes las características de Pepe (defensa del Madrid con un gran parecido a Miniyo de Austin Powers) no digas:
"Con cada hostia que mete, hay una nueva familia de luto".
Si da la casualidad que Isabel Preysler y sus chachi-friends te invitan a una de sus lujosas fiestas, no intentes ligar de la siguiente manera:
"Buena presencia. 6 pisos y tierras. Actualmente trabajando de piloto de tractores. Busco moza y usted tiene unas carnes lozanas"
Serás un incomprendido, como el buen fútbol con Lotina.
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